un ritual en el bosque
Entro al bosque todos los días a sentir y registrar de distintas formas lo que pasa y lo que me pasa. Aprendo sobre lo que permanece y sobre lo que se transforma.
Los hongos me enseñan como en ese espacio no hay individualidades hay bosque. Como se mezclan, como se ayudan, aparecen y desaparecen, pero en realidad todo está más allá del vehículo o la materia que veo.
En un momento sentí la necesidad de que el lugar me hablara y registrarlo materialmente de alguna forma y el bosque habló.